¿Y si te enfermás en ruta?
Sos joven, no fumás, tenés buena salud ¡y tenés unas ganas de empezar el recorrido! Después de todo, además de Lima, Cusco y Machu Picchu, visitarás el lago más alto del mundo, el Titicaca, tras conocer Puno para luego partir a Ica y sobrevolar las líneas de Nazca. ¿Qué son 3400 metros sobre el nivel del mar para vos?
Llegás en avión a Cusco y sos feliz. Mañana conocerás la ciudad con la ayuda de un guía, o al menos ese es el plan, pero las cosas empiezan a cambiar. No has hecho ningún esfuerzo excepcional, aunque tal vez el almuerzo sí fue algo abundante y olvidaste tomar el té de mate de coca que te recomendó tu Agente de Viajes.

De repente, empezás a sentir que te quedás sin aire, te duele la cabeza, el corazón lo sentís a mil por hora, no te sentís bien. El soroche está a cargo de tu organismo.
Por dicha habías adquirido un seguro médico. Tu angustia pudo haber sido mucho mayor, mientras encontrabas algún tipo de asistencia o te las ingeniabas para pagar todo lo que hiciera falta, pero apenas te sentiste diferente, llamaste por cobrar al número indicado, diste el número de tu póliza y diez minutos después una ambulancia y una enfermera estaban asistiéndote en el hotel.
Estuviste en observación varias horas, con tanque de oxígeno, hidratación, mediciones vitales y en reposo y todo el tiempo a cargo de la enfermera.
Una vez que te sentiste bien te dieron de alta, firmaste el documento que confirmó el servicio y partiste sabiendo que ya eras vos de nuevo.
Al día siguiente seguiste tu programa como si nada, sin problemas ni descompensación y disfrutaste cada minuto.
¿Cuánto pagaste por la atención de emergencia, el servicio de la enfermera, el oxígeno, hidratación y demás? Nada, todo ya estaba cubierto con el seguro que tomaste antes de partir.
¿Cuánto costó ese seguro? Menos de 4000 colones por día de estadía y tuviste una cobertura por hasta US$ 20000 por evento, además de hasta US$ 600 para medicamentos, otros US$ 600 para emergencias dentales, hasta US$ 1000 por posible pérdida de equipaje y otros detalles.
No necesitaste más asistencia, pero bien valió la inversión para la tranquilidad que tuviste de contar con apoyo y asistencia estando lejos de casa.
Cada vez que viajás, hacelo con el respaldo de un seguro. Las opciones y coberturas te sorprenderán favorablemente. Contamos con programas para jóvenes, para adultos hasta 85 años, para largas estadías, para ejecutivos, para cruceros y mucho más.
Consultá, que con todo gusto presentamos las opciones que te sean más convenientes.