The Oculus
A pesar de la falta de asombro de sus locales, New York no deja de sorprendernos. Es la definición misma de la reinvención. Y para muestra, imaginate que te acabe de impresionar que pasás frente al famoso restaurant japonés Nobu, en pleno downtown y te encontrés de frente estas "astas" que sobresalen en el horizonte:
Si caminás un poco más, tu vista se amplia cuando te enfrentás con esta imagen:
Y tenés que empezar a entender qué es.
A primera vista, nos pareció una escultura, representando a un águila a punto de iniciar vuelo ¡pero qué grande es!
A segunda vista, vaya, vemos que tiene entrada y hay gente usándola:
Al pasar por el lado, sigue siendo difícil entender qué es y para qué sirve, pues prácticamente son ventanas que dejan ver de uno a otro lado:
Y hasta ventanas donde se reflejan los edificios alrededor:
No queda otra, hay que entrar y averiguar. Las primeras impresiones que te llevás te muestran que en realidad desde fuera solo veías una pequeña parte de lo que en realidad es como un iceberg:
¡Es inmensa! Y ahora parece que estuviéramos dentro del esqueleto de una ballena.
Pero resulta que estamos entrando a la estación PATH, donde llegan a Manhattan los trenes provenientes de New Jersey y se concentran las conexiones de metro hacia Brooklyn y el resto de Manhattan.
The Oculus es el nombre como se conoce a esta innovadora presencia en el bajo Manhattan. Obra del arquitecto, ingeniero y escultor español Santiago Calatrava, cuyo trabajo de repente ya conocés por algunas otras referencias:
O si preferís, The Oculus explicado en sus propias palabras:
La estructura es parte del complejo World Trade Center y sustituye a la estación que fuera destruida durante el ataque del 9/11. La nueva estación se inauguró diecisiete años después.
El edificio, que una vez dentro te das cuenta tenés que bajar para conocerlo, está constituído por tres mezzanines, los dos primeros de comercio y el último de acceso a las terminales.
Westfield World Trade Center Mall cuenta con 125 locales comerciales dentro de la estación, lo que te da una nueva idea de su tamaño.
De las cosas que más impresionan es que siendo un lugar tan grande, se destaque el uso de la luz natural, desde su cúspide superior hasta las ventanas laterales.
Además, a pesar de ser grande, transmite una sensación de intimidad y hasta una cierta complicidad. Podés bajar por gradas hasta las zonas con escaleras eléctricas pero las vistas son imperdibles desde las primeras.
La rotulación te guía fácilmente a las diferentes áreas y permite, inclusive, mostrar algo de arte urbano.
Si tenés o no pensado visitar New Jersey, Brooklyn o volver a recorrer Manhattan, no importa, tomés o no un tren aquí, recorré The Oculus, date gusto siendo parte de la historia de la arquitectura que se refleja de forma tan original, entre los edificios de New York.
Aprovechá que estarás en una de las partes más lindas de la ciudad, visitá también Battery Park, desde donde salen los ferries hacia Staten Island, Ellis Island, Governor's Island, Liberty Island (estatua de la libertad), Brooklyn y Astoria, Queens, también Bowling Green, el parque público más antiguo de New York, donde está la famosa escultura del toro desafiante, los museos de la zona: Museo Nacional del Indio Americano, Museo del Rascacielos y el 9/11 Memorial y muchas de sus calles empedradas, llenas de historia y cultura, lugares lindos donde descansar, almorzar o disfrutar de un cocktail, vos elegís.
¿Querés una idea? Aquí te dejamos nuestra propuesta inicial para visitar New York City.
Y ya que tenés la gran manzana en mente, te invitamos a que te transportés con más detalles sobre la ciudad: Hermosas vistas Wi-fi gratis Islas de la ciudad Little Island En teleférico a Manhattan High Line
